MY ROLE MODEL

La modelo de hoy más que clienta ha sido un apoyo incondicional para mí y para Oh la Flor desde el minuto que empecé a juguetear con la idea de lanzarme a desarrollar este proyecto. Se llama Nuria, es mi hermana, mi consejera y mi mejor amiga.

Podría dedicar horas a escribir sobre la magia de tener una hermana con quien una sola mirada te hace llorar de risa, pasar horas al teléfono a pesar de haberla visto el día anterior, compartir armario y en quien confiar a ciegas. Nuestra relación es como esos videos de Facebook que hablan sobre la magia de tener hermanos y acaban haciéndote llorar. Una suerte y un regalo de vida.

Pero Nuria evidentemente es mucho más que mi hermana y os la quiero presentar.

Mujer, 37 años, rubia, ojos verdes, estatura mini y carácter maxi (hay que compensar…). Es dentista y tal y como insiste en recordarnos a nuestro hermano Edu y a mí, es mamá de cuatro. Presta muy poca atención al teléfono así que hay que desarrollar técnicas como decirle que tienes algo muy fuerte que explicarle para que te devuelva una llamada. Le obsesionan los niños prodigio, los partos naturales, las obleas y las sábanas específicamente dobladas sobre el edredón para poder dormir.

Pese a contar con muy poco tiempo libre (ya sabéis, es mamá de cuatro…), siempre ha encontrado espacio para hacer de modelo en los shoots de Oh la Flor, acompañarme a los innumerables e interminables bazares a los que me inscribía sobre todo cuando empezaba, celebrar mis éxitos y darme luz en las épocas que acumulaban sombras.

Y esta última característica es clave porque sucede que muchas personas nos acercamos a ella en busca de consejos. Igual que ella no entiende cómo diseño un tocado casi sin pensarlo, yo no entiendo de dónde saca tanta sabiduría y esa capacidad para dar paz durante las crisis y abrir los ojos de todos los que andamos medio perdidos. Nuria es consciente de que la vida no es necesariamente fácil pero más claro tiene todavía que ser feliz es una elección que consiste en aceptar los sucesos tal y como llegan y enfocar la atención en los aspectos positivos de cada acontecimiento. Y no todo en su vida es necesariamente fácil o bonito, pero acepta, no opone resistencia y decide ver el lado bueno de esas situaciones retadoras.

Mamá de cuatro… de cuatro niños fantásticos a quienes dedica tiempo y miradas únicas consciente de que eso son: únicos. Si algún día no sé cómo gestionar algo con Tomás le pregunto qué hizo cuando pasó por algo similar. Porque sus hijos son niños felices. Niños conscientes de ser muy amados y con una mamá que no tiene miedo de rectificar, pedirles perdón e incluso pedirles consejo de cómo enfrentarse a una etapa nueva tanto para ellos como para ella.

Y responsable. No de irse a dormir a la hora adecuada, sino de sus propias acciones. No hay mejor enemigo de las peleas y reproches que la autoresponsabilidad y Nuria sabe asumirla tanto así que poco espacio le queda para las lamentaciones. Asumirla y ya sabéis… recordárnosla a quienes hacemos fila para recibir sus consejos.

A veces me pregunto si le agobiará ser el modelo de referencia de su hermana pequeña. Si sí, no me lo ha dicho… Supongo que también acepta la idolatría y fama tal y como le llegan… Ella es así.

Por cierto, ¡olvidé contaros le apasiona cantar! Eso sí, con la música lo suficientemente alta como para no escuchar su propia voz… ;)