VIVIR Y ACEPTAR

La protagonista de hoy se llama Vivian. Tiene 30 años recién estrenados, es jarocha de nacimiento, una buena amiga y, desde hace meses, el alma tras las redes de Oh la Flor.

La vida cruzó nuestros caminos hace años gracias a un amigo en común. Por aquel entonces tanto Vivi como yo por razones distintas pasábamos mucho tiempo con él, y por lo tanto, acabamos conviviendo mucho la una con la otra. Compartimos especialmente cotidianidad. Momentos en los que no son necesarias ningún tipo de máscaras. Gracias a esa relación continua y pausada descubrí a una mujer que tiene una cualidad tan escasa como necesaria en nuestra sociedad: Vivi sabe aceptar.

Creo que es relativamente fácil aceptar cuando hay poco que hacer al respecto mas que ver el lado bueno de la situación y poner la mejor actitud. En 2020 a mi padre le diagnosticaron un tumor y recuerdo que en la familia en lugar de lamentarnos eternamente por las esquinas celebrábamos poder vivir el proceso juntos. Admirábamos su actitud, al sistema de salud público español y todas las bendiciones que día con día nos llegaban —muchísimas, entre ellas su fantástica recuperación—. Suena grande y suena fuerte, pero no había alternativa mas que poner buena cara al mal tiempo así que fue una decisión fácil de tomar.

La aceptación de Vivi es mucho más grande e impresionante que una anécdota así. Ella es ese tipo de personas que parecen haber crecido alejadas de la cultura caucásica en la que nos empeñamos hasta en querer controlar el horario del sol. Vivi acepta la vida como viene, nos acepta al resto de extraterrestres  y por encima de todo eso, ¡acepta nuestra forma de ser! Sin pretender cambiar un ápice. ¡¡¡Así somos, así actuamos y así nos quiere!!!

Conociendo a Vivi no creo que sea consciente del gran valor que tiene su forma de vivir. Probablemente acepte esta cualidad tal y como le llega y no la juzgue. No creo que se plantee si es bueno o malo; simplemente es… ¡Pero hoy yo estoy empeñada en realzarlo aún más!

En los últimos meses gracias a que trabajamos juntas y pasamos mucho tiempo a solas hemos tenido la suerte de compartir conversaciones muy íntimas. Confesiones que no tengo la menor intención de divulgar pero que de nuevo, me dejan siempre impresionada por la actitud con las que las abraza. Esta aceptación de la que hablo es tan profunda que Vivi, ante situaciones críticas, no pretende negarlas o cambiarlas sino que acepta y analiza sus alternativas. Es una aceptación tan generosa que ante los distintos miedos, carencias o malos hábitos que todos podemos tener Vivi no juzga e incluso comprende. Y es tan intrínseca y natural en su ser que a la mayoría nos queda grande y a mí sin duda me sirve de ejemplo, guía y recordatorio para cada día hacer mi mejor esfuerzo para aceptar como ella y por lo tanto amar más y mejor.

Después de esta oda a la Community Manager de Oh la Flor entenderéis por qué no he hablado del maravilloso trabajo que hace cada día en redes. Es fantástico y claro está a ojos de los espectadores. Pero todas las imágenes que publica valen más que mil palabras torpes mías.

Sin embargo, sobre ella y su generosidad ante la vida somos quienes tenemos la fortuna de conocerla los responsables de aprenderle y sin duda aplaudirla. Desde que conozco a Vivi soy una mujer más rica y siempre, siempre le estaré agradecida profunda y honestamente por ello.